A partir de marzo de 2020 el IPC cayó como consecuencia del parón de actividad derivado de la crisis sanitaria del COVID-19 y, especialmente, del confinamiento. Para este año, a medida que la economía se vaya recuperando, Foment del Treball señala que se espera un repunte suave en el IPC que corrija, en parte, la disminución del año anterior, y la fuerte caída de la demanda agregada, que cambiará de signo con la inmunización derivada de la vacuna.
En este sentido destacan, como principal influencia al alza, el aumento de los precios de transporte (carburantes y lubricantes) y vivienda, por el incremento de la electricidad y del gasóleo para calefacción, frente a los descensos de marzo de 2020.